En un pueblo es costumbre a jugar "la lleva". Tenían dos modalidades, la modalidad de los niños, la cuál es la que conoce todo el mundo, y una modalidad que solo juegan algunos: la lleva con machete.
Se dice que quien juega la lleva con machete no ha sobrevivido, y es cierto, hasta cuando el alcalde declaró ilegal ésta práctica, el pueblo se estaba llenando de huérfanos y mujeres, hasta el punto que fue necesario traer hombres del pueblo vecino y un Inspector de Policía desde la capital.
Éste macabro juego fue traido por los colonos del monte hace menos de 150 años cuando el pueblo estaba recién fundado y desde entonces ha sido el deleite de unos y el sufrimiento de unos tantos, ya que en un principio fue tal el número de mutilados, que el pueblo fue llamado El Mutiladero.
Con el correr de los años se convirtió en un juego oficial del pueblo y el medio de resolver contiendas de apuestas no respondidas, diferencias políticas y deudas por dinero o por amor, siendo éste el modelo de justicia auspiciado por la chicha y el guarapo.
Del número de víctimas, ni hablar, porque el victimario de hoy fue o será víctima algún día de éstos. En algunos casos son mutilaciones o cortaduras menores las que sufren los perseguidos, sin embargo, la gran mayoria de los casos son mutilaciones graves con pérdida de miembros o su correspondiente mortal infección. Se han llegado a registrar más de 1200 muertes como consecuencia de las heridas sufridas durante el juego y casi 500 decapitaciones in-situ.
Todo ésto nos ha la contado Agustín, a quien lo apodaron el "héroe del Mutiladero" debido a que, con su pácora, aportó en 6 años alrededor de 25 muertes por decapitación y unas 350 mutilaciones en los encuentros furtivos que realizaban cada sábado en la noche loma arriba de la iglesia del pueblo. Curiosamente, Agustín siempre salió ileso, salvo algunos rasguños, de todos los encuentros de "la lleva con machete" realizados en el pueblo antes de ser decretado ilegal, aunque nadie se explica por qué nunca tuvo hijos con ninguna de las tres esposas que ha tenido.
Se dice que quien juega la lleva con machete no ha sobrevivido, y es cierto, hasta cuando el alcalde declaró ilegal ésta práctica, el pueblo se estaba llenando de huérfanos y mujeres, hasta el punto que fue necesario traer hombres del pueblo vecino y un Inspector de Policía desde la capital.
Éste macabro juego fue traido por los colonos del monte hace menos de 150 años cuando el pueblo estaba recién fundado y desde entonces ha sido el deleite de unos y el sufrimiento de unos tantos, ya que en un principio fue tal el número de mutilados, que el pueblo fue llamado El Mutiladero.
Con el correr de los años se convirtió en un juego oficial del pueblo y el medio de resolver contiendas de apuestas no respondidas, diferencias políticas y deudas por dinero o por amor, siendo éste el modelo de justicia auspiciado por la chicha y el guarapo.
Del número de víctimas, ni hablar, porque el victimario de hoy fue o será víctima algún día de éstos. En algunos casos son mutilaciones o cortaduras menores las que sufren los perseguidos, sin embargo, la gran mayoria de los casos son mutilaciones graves con pérdida de miembros o su correspondiente mortal infección. Se han llegado a registrar más de 1200 muertes como consecuencia de las heridas sufridas durante el juego y casi 500 decapitaciones in-situ.
Todo ésto nos ha la contado Agustín, a quien lo apodaron el "héroe del Mutiladero" debido a que, con su pácora, aportó en 6 años alrededor de 25 muertes por decapitación y unas 350 mutilaciones en los encuentros furtivos que realizaban cada sábado en la noche loma arriba de la iglesia del pueblo. Curiosamente, Agustín siempre salió ileso, salvo algunos rasguños, de todos los encuentros de "la lleva con machete" realizados en el pueblo antes de ser decretado ilegal, aunque nadie se explica por qué nunca tuvo hijos con ninguna de las tres esposas que ha tenido.
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