Y cómo nos cambia la vida, si después de la parafernalia y el montaje mediático que hizo el ordinario camorrero que se hace llamar demócrata, nadie se acordó del soldado Domínguez, quien por problemas psicológicos derivados del trauma del cautiverio cayo en las drogas, seguro garante de la muerte en éste país... éso si, la iglesia sale a lamentar lo que nunca le importó donde no la han llamado y el ejército se lava las manos.. como siempre.
Triste ver, como por el odio de unos pocos, jóvenes como Domínguez pierden la vida, me imagino se promoverá una (inutil) marcha más contra la guerrilla (tracamada de delincuientes), pero ninguna contra el desamparo del Estado y su abandono hacia quienes sirvieron a sus vacías causas.
Y como nos cambia la vida, que el pintar un graffiti sea interpretado como un delito, ojalá el descarado caso de Felipe sea precedente para que la policía se dedique a capturar psicópatas que atacan con ácido a las mujeres, atracadores, fleteadores, violadores, narcotraficantes y pedófilos en vez de hacer montajes que se caen de su propio peso.
Razón dijo alguien, que comentó que por la zona se hacía limpieza de graffiteros. Que triste como se ataca el arte urbano (de verdad, no "J Balvin") y el derecho a la libre expresión; paredes blancas, mentes huecas.
Lamento el triste deceso del niño desaparecido hace ya once días. Mis saludos de condolencias a la familia Esguerra Martínez. Ojalá se realice una investigación efectiva que aclare dicha contraproducente situación... Y cómo nos cambia la vida. La 22
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