En definitiva nunca se me pasó en la vida pensar e imaginarme una razón válida por la cual los congresistas de éste país andan en cuestiones (incluyendo escádalos, tumbes y delitos) distintas a su labor de legislar, es decir, algo que les hiciera justificar, como múchos de ellos se ganan más de 40 mínimos por estar sentados contando pispirispis y trabajando solo la mitad del tiempo de lo que trabajan (los que tenemos trabajo, cabe aclarar) el resto de chibchombianos, hasta que me topé con éste titular: Los fantasmas del Congreso.
El no más leerlo, me causó ésta expresión facial, incluso, ésta otra.
Aunque aún me deja dudas:
1. Si éste es un país laico, ¿por qué el congreso tiene un capellán?
2. ¿Estará relacionado con las manos manchadas de sangre inocente que recorren las instalaciones del congreso en la impunidad de la parapolítica y sus afines refundaciones de la patria?
3. ¿Tiene que ver con la despartidización de la corrupción que propuso Monseñor Ordoñez para limpiarle la imagen al corrupto inombrable de 8 años atrás y su corrupto gobierno?
4. ¿Será que por eso anuncia su retirada nuestra querida y bien dotada senadora Liliana Rendón? ¿el fantasma le dió bolillo, o mas bien, no?
5. Los congresistas, ¿seguirán "trabajando"?
6. ¿Llamarán a Carlos Trejo para que haga un reportaje de fantasmas con imanes y todo eso?
7. ¿A quién y por cuánto le darán el contrato al equipo de cazafatasmas?
Y como ya es hora de dormir, comuníquese, léase y coméntese. Alimenten los peces. La 22.
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